La devoción y el amor sincero y tierno a la Santísima Virgen de la Fuensanta ha roto en mil piropos y loas poéticas como verdaderos testimonios de amor a nuestra queridísima Patrona de la ciudad de Murcia. La finalidad primera y principal de este escrito es venerar a Nrta. Sra de la Fuensanta, siendo el beneplácito de la Santísima Trinidad, teniendo como templo y sagrario a Santa María Virgen, Madre de Jesucristo y Madre espiritual de los hombres, por deseo manifestado por Jesús en el suplicio de la cruz: Mujer, ahí tienes a tu hijo; hijo, ahí tienes a tu Madre (Juan 19, 26-27).
Han trascurrido varios siglos derrochando los devotos de la Virgen de la Fuensanta amor inmenso y sacrificios, o como ofrenda y entrega generosa a la Patrona de la ciudad de Murcia. Las poesías, recogidas en este escrito, tienen la aprobación de la jerarquía eclesiástica para ser empleadas en actos litúrgicos y en la devoción privada, plasmada en actos, palabras y sentimientos aflorando públicamente como expresión de corazones enamorados de la Virgen de la Fuensanta.
La imaginación y el pensamiento de los devotos de la Virgen de la Fuensanta se dirigen diariamente al Santuario de la Virgen de la Fuensanta, adelantando sus corazones para ofrecer plegarias, besos y ofrenda de flores a nuestra Bienaventurada Virgen de la Fuensanta. Los devotos de la Virgen de la Fuensanta hemos adquirido gustosamente el compromiso de dar a conocer esta ofrenda poética en honor a la Madre de Dios y Madre espiritual nuestra, con el convencimiento de ser de provecho espiritual, con la gracia de Dios, como verdadera conversión a Jesucristo y el firme propósito de llevar vida evangélica, imitando a la Santísima Virgen María.
Al dar a conocer este escrito para honrar a la Bienaventurada Virgen de la Fuensanta, debemos descubrir la pretensión de divulgar y contagiar el amor y la devoción a Ella, en señal de agradecimiento por los muchos beneficios, conocidos o desconocidos por nosotros, recibidos de Dios mediante la intercesión de su Santísima Madre María. La Madre de Dios nos premiará con favores y gracias especiales para acercarnos a su buen y dulce Jesús y fomentar entre los hombres la fraternidad universal.
Solo nos resta ponernos a vuestro servicio recibiendo de buen grado las posibles sugerencias para incorporarlas en sucesivas ediciones del presente escrito.