Es posible que, tras ciertas experiencias de autoengaño, una persona pueda llegar a ser su peor enemigo. Culpable y víctima de todas sus desdichas. El único verdugo de su tiempo y de su destino, sobre todo, cuando, su vida está regida por un despotismo que no tiene cabida para marcar sus límites. Y eso es precisamente lo que narra esta historia cuyas páginas no dejarán indiferente a ningún lector. Pablo Guzmán, madrileño y director de marketing de una multinacional, Eszimba, afronta una vida confortable gozando de una buena remuneración, vida matrimonial, y diversos privilegios que no desisten a sus menesteres. El protagonista se adentra en el abismo de la perdición, cuya causa principal es el autoengaño y la desmesura; razón por la cual todo lo que un día ha llegado a ser, las cosas que por tener pudo cuando ha sido feliz, se ven truncadas por el dinero hasta acabar viviendo entre penurias y estrecheces, malviviendo por las calles y avenidas de Madrid. Un abismo irreparable cuando va quedando despojado de todo, incluso de sí mismo. Una historia con voz propia en el umbral de lo trágico y lo cómico, lo solemne y atractivo. Una novela que pone de manifiesto la compasión y la decencia en un mundo donde el dinero lo rige todo. El camino hacia nada aportará al lector una visión crítica sobre los tiempos presentes, con un fino y seductor estilo, donde se muestra la degradación de la condición humana por un trozo de papel y cobre, algo que cambia el mundo tanto para bien como para mal, igual que ocurre con la vida de muchas personas: el dinero. Una novela que conquistará al lector tras cada página, de principio a fin.
