Martes 18 de mayo de 2021; 19:00 horas. En directo. Canal de YouTube BRMU. Con interpretación de lengua de signos.
En UN DÍA SERÉ… presentamos hoy a la comandante Torres. Ella nos hablará de su experiencia profesional y personal, mostrando los itinerarios formativos que posibilitaran a nuestros jóvenes convertirse en piloto aéreo. Con este ciclo implementamos, como bjetivos de Desarrollo Sostenible una Educación de calidad y en el caso de Rocío, el de la igualdad de género, usando las tecnologías de la información y las comunicaciones para promover el empoderamiento de la mujer.
Rocío González Torres (Huévar de Aljarafe, Sevilla, 1983) es comandante del Ejército del Aire. Sin tradición militar en su familia, con 13 años ya tuvo claro que quería ser piloto. Fue número 1 de su promoción del Curso de Caza y Ataque y también la primera en vuelo en el cuarto curso en la Academia General del Aire (Murcia).
Su temprana vocación estaba en consonancia con sus aptitudes personales: gusto por el riesgo y la aventura, pero también disciplina y seriedad en el trabajo. Tiene un master en Gestión Aeronáutica y Aeroportuaria y ha ganado cinco campeonatos de esgrima y pentatlón aeronáutico. Entre sus aficiones está el motociclismo y el piano.
En 2008, empezó a formar parte de los 18 pilotos de caza del Ala 12 de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.
Ha sido la primera mujer en acumular 1000 horas de vuelo en un caza y la primera mujer en la historia de la aviación que lo ha logrado.
Cubrió la defensa aérea en Libia en 2001, en misión real. Ha participado en los ejercicios Red Flag, en el estado de Nevada EEUU, un ejercicio de combate real en el que participan varios países. El objetivo, formar a los pilotos y otros miembros de la tripulación de vuelo de los EEUU, la OTAN y otros países aliados para situaciones de combate aéreo real, con hardware enemigo y munición real.
Sus misiones favoritas son aquellas en las que hay que localizar objetivos, preparar las rutas, lanzar el armamento (simulado, con bombetas no explosivas). En estas misiones hay un poco de todo: volar a cota muy alta o, por el contrario, a ras del suelo para no ser visto por el enemigo.
Se necesita un pensamiento organizado y despierto porque cuando se vuela, en la mente se acumulan muchos variables, cifras, tácticas de vuelo…que han de ponerse en práctica en momentos exactos, siguiendo unos parámetros muy concretos, definidos previamente porque una pequeña distracción puede llevar a un accidente que puede costar la vida. En el avión se sufre con la fuerza G, no con la superación de la barrera del sonido. El traje anti-g es incómodo, lo que, unido al chaleco, la máscara de oxigeno y el casco, la inmovilidad está garantizada con el consiguiente agotamiento física y mental. Esto hace que también la fortaleza y la preparación física sean importantes para el desarrollo de esta profesión.
La Diputación de Sevilla le ha otorgado la Medalla de Oro de la Provincia por su brillante trayectoria profesional y tesón al romper el techo de cristal que en su caso, además ha sido realmente brillante. Sus esfuerzos se evidenciaron también con la maternidad. Cedió a su marido parte de su baja maternal para evitar pasar tanto tiempo sin volar, perdiendo con ello facultades de vuelo.
Hoy Rocío es instructora de vuelo en la Academia General del Aire, en la que se forman a los futuros pilotos del Ejército del Aire. También es miembro de la Patrulla Águila, siendo piloto titular de la misma como “Águila 6” desde el año 2019.
