19/07/2024
Un niño nómada del Sáhara encuentra un día junto a los restos de un camello una honda, un Corán y un libro que resultará ser una antología poética de Miguel Hernández. A raíz de que su abuelo que sabe español le lea esa antología, el niño se aficionará a la poesía y empezará a aprender palabras en español; también le picará el “gusanillo” por la poesía y gracias al regalo de un forastero de un cuaderno y un lápiz, él también empezará a escribir sus primeros poemas. Algo que se verá truncado tristemente por la guerra.
Un precioso álbum ilustrado que es todo un homenaje a la poesía y un alegato por la paz, con un final circular puesto que también, antes de partir a la guerra, ese no tan niño ya poeta y pastor enterrará sus poemas junto a los huesos de otro camello esperando que “un niño vendrá un día y te encontrará y leerá mis poemas. Y ese niño aprenderá también a lanzar con la honda primero piedras y después versos, porque siempre hubo niños pastores, pastores poetas, y siempre los habrá”.
