11/01/2024
Recomendado por la Biblioteca de Aledo
Unas figuras extrañas, realizadas con sangre y huesos sobre los muros de la imponente fortaleza de Xiquena (a la que los árabes llamaban Gehena “del infierno”), es lo que se encuentra el caudillo Alonso Fajardo, el Bravo, a su llegada a la misma. Y lo que es aún más preocupante: las puertas, abiertas; y el interior, desierto de toda muestra de vida. Más de doscientas personas han desaparecido sin dejar rastro alguno.